domingo, 30 de diciembre de 2012

El cazador misterioso

El caminaba por los bosques, sin saber que alguien lo observaba...
Ella que a orillas del rio lo observaba, se preguntaba quien era ese hombre tan misterioso que parecia tener un alma obscura, pero atractiva, ese hombre que parecia no pertenecer a los bosques, que no parecia tener un alma pura como los dioses pero que tenia el espiritu de pelea de un dragon.
Ella puede ver que es un demonio de otra clase a los que ella ha visto en ese inmenso bosque, sabe que no es hijo de ninguno de los elementos, no de la naturaleza, no del bosque ni de la tierra, pero ¿Cómo es que vive en ella?... sí, ella quiere saber mas de este hombre, ella quiere saber de donde viene; la curiosidad la consume y no sabe que hacer, quiere seguirlo pero aun tiene miedo a lo desconocido, aun piensa en si dejar o no su lugar en el bosque...
Ella escucha que las otras ninfas balbucean y le dicen que no se acerque, que no salga, el es un humano, cruel como todos los otros, ambicioso; con sed de poder y poseer todo lo que no le pertenece... pero ella no escucha, quiere saber quien es el, quiere saber lo que hay en su alma y lo que hay bajo su mirar, no sabe que pasa... ¿sera a acaso que al fin alguien la mantiene interesada?...

viernes, 28 de diciembre de 2012

Un encuentro inesperado

Sola, sobre la yerba cansada de lo que pasa y lo que no pasa entre las ramas de los arboles, mirando a los centauros pasar solo para evitar a aquel macho que la vigila con recelo, oye a las aves cantar, al viento soplar, sintiendo como el agua corre bajo sus pies... ignorando a las sirenas que vanidosas la envidian, viendo a los faunos fornicar con el resto de sus compañeras, las ninfas de la tierra, los arboles, las damas del fuego y el agua... aquellos machos que ansiosos esperan a que ella decida al fin hablar con alguno de ellos, ahí a orillas de donde el rió y el viento la vieron nacer, ahí sigue, sola, frágil, inmóvil...
Silencio... fue lo que invadió el bosque de un momento a otro, ninguna hada volaba, ningún fauno cortejaba, ninguna ninfa seduciendo  ninguna sirena cantando... ella volvió la cabeza para ver de que se trataba y lo que vio fue la dejo casi inmóvil  apenas si tuvo la fuerza para poder ocultarse, la sombra de un macho, uno que no se parecía a lo que ella había visto en todo el bosque, no tenia cuatro patas, ni cuerpo de caballo, tampoco tenia pesuñas o lana en las piernas, no tenia cabeza de toro, tampoco una aleta como muchos otros, no tenia cuernos ni tenia un cuerpo hecho de plasma, tampoco era de estatura baja, ni tenia alas...
Este ser era alto, fornido y de proporciones mas definidas; caminaba sobre dos piernas, que parecían estar cubiertas de una cubierta de piel que parecía no ser la suya... de hecho todo su cuerpo estaba cubierto de esa manera... llevaba una especie de hoja en la cabeza y una madera curva atada con una cinta por los extremos, tenia también varios bastones que parecían ser las ramas mas delgadas de un árbol  con una punta en uno de los extremos...
Era macho, eso era seguro, por la forma en que caminaba y la mirada intimidante que tenia.
Sí, ella quería salir de donde estaba pero no podía hacerlo, era contra las reglas del bosque... sabia que este ser provenía de muy legos, probablemente de aquel lugar del que todos en el bosque hablaban, un lugar cerca del mar, con construcciones extrañas para ellos, en donde parecian habitar, todos ellos parecidos, caminaban en dos piernas y se dedicaban a destruir los bosques cuando necesitaban construir una caja de esas en las que ellos parecian meterse... ella estaba segura de ello y aunque estaba segura de que el no la veia podia sabia que el sentia su presencia...

lunes, 17 de diciembre de 2012

Sirena

Ella cantaba bajo las aguas, pronunciaba unas extrañas palabras... lenguaje incomprensible, ¿Qué era todo eso que ella balbuceaba?... vanidosa y orgullosa, seduciendo a todo aquel que se le ponía en frente, se proclamaba la reina de aquellas aguas a la orilla del bosque, celosa de la ninfa que sin esforzarse era aun mas bella, celosa de su canto que era excelso  celosa de sus piernas, resignada a tener solo una aleta, canta cada vez mas fuerte esperando ser escuchada por aquel centauro de las colinas, que vigila a la chica de las dos piernas, ¡Oh pobre desdichado y mal correspondido!
Sirena... si ella espera que la aquella chica de canto sutil, que respira aire y que camina erguida tome una decisión inteligente y se marche, pues aunque su canto es aun mas hermoso, no logra ser rival para el canto de aquella mujer acuática  que cuanto macho lanza ella logra seducir... sirena, mujer de doble filo, cual la viuda negra del inframundo ahoga a todo aquel que quiere besarla.
Ahí, entre los juncos, la chica de las dos piernas, hija del mismo rió en que vive la sirena observa y escucha el canto de la mujer de la aleta dorada, sin resentimiento ni envidia, ella no quiere nada de lo que la mujer acuática persigue, ella solo quiere escapar, explorar aquel bosque, insegura aun no se decide a marcharse, pero quiere irse, quiere volar, quiere mas que solo soñar, no le aflige lo que la mujer con cuerpo de pez pueda hacer o deshacer, a ella no le importa, le es completamente indiferente... 

lunes, 3 de diciembre de 2012

Desolada

Ahi en la orilla pasa los dias sola, mirando la vida pasar...
Sola en la orilla sigue la misma rutina, esas mañanas brillantes, dolientes; las tardes cálidas  áridas y sofocantes, las noches frías y desoladas... en su mirada se ve el vació del espacio, la falta de esencia, un alma desterrada de un cuerpo que parece no tener vida... canta sin ser escuchada, baila sin ser apreciada.
Ni los celos o la envidia de las sirenas y las brujas la hacen sentir mejor. Esta sola, esa es la verdad... no va en busca de aquel centauro que pasa todas las tardes mirándola desde lo alto de las colinas de fuego, pues aunque indomable caballero de carácter salvaje y animal, no es lo que ella espera, no es diferente, no marca la diferencia ante el resto de los seres, aun las ninfas que viven ahí cerca parecen mas interesadas en aquel centauro que no tiene nada mas para cortejar que su instinto animal...
Los días son largos, las noches eternas... en cada respiro quiere morir y todo para darse cuanta de que a cada respiro sigue mas viva, quiere escapar pero no sabe a donde, a los prados de las hadas, al inmenso océano con las sirenas o adentrarse en el bosque con los gnomos y los faunos que son caprichosos... tal vez el infierno sea la mejor opción.
¡ Ahí!, esta sola esperando a que la muerte la encuentre.