Cantaba con gran belleza como todas las
tardes, pero había algo diferente aquella tarde, su mente no estaba con la
Reina y sus compañeras, por un lado sus ojos denotaban preocupación por algo y
por el otro sus labios sonreían sin querer; pensaba en la Valkyria que muy
probablemente ya estaba en la ciudad buscándola, pensaba en Edward y lo
maravilloso que lo había pasado con él en la aldea; pero también pensaba en
Declan, no sabía si él era un amigo o un enemigo, era más que evidente que no estaba
concentrada.
De pronto se vio interrumpida por la Reina…
– ¡Basta!, no entiendo que es lo que pasa hoy
contigo Celtica –dijo la Reina –pero es evidente que estas distraída, es cierto
que aun cantas hermoso, pero no estás aquí cantando para mí, tu mente está en
otro lado, ¡retírate!
Todas sus compañeras se dieron cuenta de que
las cosas no marchaban bien con Celtica, incluso Mérida sintió la tensión de su
amiga, segura estaba de que tenía que ver con su pasado, pero también podría
ser algo en la corte, ella sabía que el Rey había tratado de seducirla y se
preguntaba si Celtica se habría entregado al monarca, también pensaba en que
probablemente el Príncipe al fin le había declarado su amor y tal vez eso la
tenía confundida, pero en el fondo seguía creyendo que era por algo de su
pasado y se convencía cada vez más de que no había perdido la memoria en el
accidente del barco.
Mientras tanto, Celtica caminaba por los
pasillos del castillo pensando en lo que haría para evitar a la Valkyria
Humana, tal vez tendría que huir de aquella aldea, pero no quería alejarse de
aquel hombre al que tanto le tomo encontrar, no había escapado de un centauro,
de un fauno y de un ataque de sirenas solo para escapar nuevamente, no era una
opción. Caminaba pensando en que tal vez necesitaba ayuda de su amiga Mística,
pero hacía unos meses que no la veía, era como si se hubieran evaporado en el
aire, tal vez era hora de confiar en alguien más, pero por el momento Henry no
estaba, había ido a otra aldea por negociaciones del Reino, y no había ninguna
otra persona en la que ella confiara: Mérida era una gran chica y una buena
amiga, pero cuestionaba todo lo que se refería a ella y eso no le daba
confianza, se encontraba Edward, a quien acababa de conocer pero temía que si
mostraba su verdadera identidad él se asustaría y lo perdería para siempre, y
estaba Declan a quien creía un gran caballero, pero no una persona en la que
ella pudiera confiar. ¿Qué debería hacer?, tal vez era hora de regresar a casa
y afrontar las consecuencias de su castigo, tal vez era momento de entregarse a
Domina, la Valkyria… pero, en el fondo sabía que no era un buen plan, no quería
estar lejos de Edward.
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Lo que la brisa y el viento dicen